Mi obra expresa como es mi mundo interior, como lo siento a través de la piel.
Exteriorizo mis curiosidades, incertidumbres y ganas de experimentar.
Intento buscar una aplicación distinta a las cosas, algo diferente al uso habitual.
Mi trabajo se basa en las técnicas tradicionales que tan bien funcionan y duran a lo largo de los años.
Quiero dejar de dar por hecho que estas son inmutables y que si no se mantienen como en origen se pierden en el tiempo.
Utilizar toda clase de materiales en ámbitos no comunes, no en su zona de confort, donde clásicamente se sabe que tienen un buen resultado.
Quiero dejar ver los entresijos, la parte interna de procesos artesanales clásicos.
Asumir un rol docente a través de mi obra “dejar ver para comprender y apreciar el trabajo de taller”.
Elevar el oficio a arte, dotándole de un discurso asequible para la mayoría.
Dejar ver el detalle, lo sutil, los materiales y las herramientas.
El uso de los distintos materiales y técnicas me ofrece la posibilidad de poder reflejar mi manera de interpretar lo que yo veo y como lo veo, o lo que me gustaría sentir si pudiera tocar un cuadro o darle volumen.
Tengo la necesidad de trabajar con las manos, de experimentar y probar distintas maneras de hacer y decir las cosas, me ronda la pregunta: ¿y por qué no….?
¡Todo es una fuente de inspiración!
Desde pequeña la curiosidad ha destacado en mi personalidad y el hacer cosas con las manos me proporciona la explicación a dudas que tengo sobre los procesos.
Soy defensora del ensayo-error, es cierto que fallar es una contrariedad, pero siempre te ofrece más oportunidades.
Me interesa mucho como se crean las cosas, como son sus procesos de fabricación, ese proceso tan humano de transformar los materiales en algo útil o diferente.
El desarrollo y estudio de los oficios de dorado, tapicería y ebanistería, me han ofrecido la posibilidad de aprender como transformar materiales nobles y sencillos en obras de arte que han perdurado a lo largo de los siglos.
Durante el proceso de aprendizaje me asaltaban ideas que se podían desarrollar aplicando determinada técnica sobre otros materiales o con otro objetivo.
Eso me hizo investigar otras posibles aplicaciones, otras formas de trabajar que dieran como resultado una obra parecida pero a la vez diferente, que se saliera de los cánones preestablecidos y no por ello peores o faltos de valor artístico. “ni mejor ni peor solo algo distinto”.
La mayoría de las veces el propio material es el que me incita, me propone, me sugiere o me lleva a plantearme ¿qué puedo hacer con estos? Esa lluvia de ideas me ofrece opciones imposibles, aburridas, interesantes, con dudas de si será factible.
La parte técnica me resulta motivadora y creativa, intento solucionarlo de tal modo que sea yo misma, con mis conocimientos, quien pueda resolver el problema.
Me gusta auto gestionar todo el proceso. Esto supone un aprendizaje constante.
Las ganas de ver las cosas desde distintas perspectivas es lo que me motiva .
Trabajo por proyectos, es la manera en la que me gusta organizar mi obra.
Cada proyecto tiene su propia identidad, son independientes pero tienen un punto en común, se basan en distintos oficios artesanales: dorado, ebanistería, tapicería, restauración, … Cada proyecto se subdivide y se ramifica.